En 1796 hizo público su primer gran resultado, la demostración de que podía construirse un heptadecágono, un polígono regular de 17 lados, con regla y compás. Un problema heredado de la Antigua Grecia que había permanecido sin respuesta durante dos mil años. Poco después también enunció el Teorema de los números primos, que consiste en una descripción de cómo están distribuidos en el conjunto de los números naturales. Es uno de los teoremas más importantes de la historia de las matemáticas, que permitió el desarrollo posterior de la investigación de los números primos. Desde ese prolífico año, Gauss comenzó a escribir un diario en el que anotó todos los resultados matemáticos que obtuvo de 1796 a 1814, con un total de 146 entradas.
Heptadcágono regular con anotaciones. Crédito: László Németh
Gauss conoció la fama en vida en 1801. A comienzos de ese año los astrónomos observaron lo que pensaban que era un nuevo planeta, Ceres, que al poco tiempo dejó de verse. Gauss describió con precisión matemática su órbita y determinó que en realidad era un asteroide (hoy en día Ceres tiene la consideración de planeta enano). Para admiración de todos volvió a aparecer a finales de ese año, justo donde Gauss predijo que lo haría.
Poco tiempo después aceptó el puesto de profesor de Astronomía en el Observatorio de Gotinga, a unos 100 kilómetros de su Brunswick natal, donde llegó a ser director y permaneció el resto de su vida. Allí, en 1809, determinó cómo calcular la órbita de un planeta con una precisión sin precedentes.
Comentarios
Publicar un comentario